2007/02/15

Y si mi hijo es marica?


foto de http://www.20minutos.es/data/img/2006/06/29/476804.jpg
Esa pregunta es brava…¿cierto?...pienso que su respuesta no depende del hecho en sí; sino de quiénes hemos sido en nuestra vida, de nuestras visiones, de las actitudes que hemos asumido a lo largo de ella, para ponerlo en términos sencillos, de dos palabras: Tolerancia y Frustración…

Tolerancia, porque si a lo largo de la vida hemos sido tolerantes –que no es igual a pendejos!- habremos aprendido a manejar tales “sorpresas (que) te da la vida”, la tolerancia implica un alto grado de mente abierta (open mind) a estar abierto a las situaciones posibles, estar abierto especialmente a entender que no todo en el universo, en la naturaleza, en la vida es blanco y negro, o macho o hembra, o mujer u hombre…que todo está lleno de matices : sólo los intolerantes no aceptan esa realidad monda y lironda…

Frustración…¿Cómo hemos manejado la frustración en nuestra vida? Aquello que queríamos que sucediera de una forma y salió de otra –a veces totalmente opuesta a lo esperado- ¿hemos sabido afrontarlo, aceptarlo, superarlo?...o hemos reaccionado con una pataleta -a lo niño chiquito- cuando sentimos no cumplidos nuestros deseos: queríamos que fuera bien machito, bien hembrita…¡y nos salió marica!...
Entonces, todos estos momentos previos, frente a la situación dada, nos marcan: si he sido tolerante, seguramente podré aceptar que no todo tiene que ser macho o hembra: si he sabido manejar frustraciones, aceptaré, que no necesariamente tenía que ser “machito”…no, ¿Por qué? o mejor ¿Para qué?...(¿para reafirmar mi hombría primitiva que prefiere hombres sobre mujeres?...); máxime cuanso si algo ha dejado claro la ciencia –la ciencia…- es que el órgano sexual más importante no son los genitales: es el cerebro, así que ya no importa ni con qué genitales naciste…

Por ejemplo, si a mi un hijo o hija me “sale marica” –homosexual, gay, lesbiana: llámesele como se le llame, en buen paisa es “marica”…- no tendré absolutamente ningún problema en aceptarlo y valorarlo como tal y menos tendría una “frustración” por ello (¿qué sería lo que se frustraría dentro de mi?) …es que eso está bien para ganadito, para yegüitas…-pero hasta entre ellos hay quienes se prefieren entre su propio sexo-

Entonces amaría a mi hijo e hija, lo asumiría con calma, pues he sido tolerante –que no pendejo!- no sólo en las palabras sino en los hechos a lo largo de mi vida…tal vez le haría entender, por ejemplo, que lo que te hace “hombre” es tratar bien a tu pareja, darle un techo a tu familia y ser un buen padre…es decir muchos “machos” pocos hombres…no me daría un ataque de histeria si me lo dice, ni lo agrediría, ni a la mamá-tolerante, (hacerlo sería cargarle un instinto animal de hembra fallida sobre ella…) ni los echaría…

Pues, no se, esa sería mi reacción y seguiría trabajando calmado…no se cuál sería la suya…?

NO SE LO PIERDA, SI PUEDE: El 2º salón de arte popular BAT en la Biblioteca Luis Angel Arango (Bogotá) hasta el 6 de Marzo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

segun chismes, nuestro Presidente no piensa lo mismo...ayyy